En otras palabras, los sentimientos son emociones
conceptualizadas que determinan el estado de ánimo.
Cuando éstos son sanos, es posible alcanzar la felicidad y conseguir que la
dinámica cerebral fluya con normalidad. En el caso contrario, se experimenta un
desequilibrio emocional que puede derivar en el surgimiento de trastornos tales
como la depresion. |
Esta
división de los sentimientos según parámetros de la moral y
la ética resulta muy inestable, ya que varía considerablemente dependiendo de
los ojos que la miran.
La lucha por entender el bien y el mal es probablemente
el legado más antiguo que acarreamos como especie; nadie en su sano juicio se
atrevería a admitir públicamente que hace el mal a los demás, así como muy
pocas personas se privarían de gritar a los cuatro vientos que ayuda a los
desfavorecidos.
Pero,
¿cómo saber si un sentimiento es positivo o negativo?
Basándonos en los
ejemplos más populares, podemos decir que desear la muerte a
alguien es malo, mientras que alegrarnos por el nacimiento de un bebé sano es
bueno. Si aceptamos la veracidad de estas declaraciones, entonces surge una
grave contradicción entre dichos principios y algunas situaciones muy
particulares, ésas que nos obligan a cuestionarnos nuestros principios.
Cuando
un niño es maltratado por un mayor, se crea en él un odio que, en muchos casos,
lo lleva a desear con todas sus fuerzas que su agresor muera. Claro está que no
se trata de pensamientos alegres o constructivos, y que siempre es preferible
trabajar para canalizar la ira de manera sana, pero sin duda resulta difícil
calificar de la misma forma los sentimientos de una víctima hacia su abusador
que la envidia de
alguien por el coche de su vecino .
Maltrato a un inocente |
Con
respecto a los sentimientos de la gente hacia la infancia, es difícil encontrar
un par de ojos que no se iluminen ante la noticia de un embarazo, o al ver la sonrisa inocente
de un niño. Sin embargo, esta alegría que la mayoría siente al pensar en un
nacimiento no parece hacer caso a ciertas problemáticas muy relacionadas con la
procreación humana, tales como la sobrepoblación y la pobreza, dependiendo del
caso.
Entristecerse
por ver a una mujer embarazada no necesariamente significa odiar la vida;
al contrario, si se trata de una persona sin recursos, o que sufre de una
enfermedad terminal o bien que fue víctima de una violación, la decepción ante
tal cuadro podría ser la forma más positiva y productiva de reaccionar, la más
generosa para con la criatura que se gesta en su vientre.
Cada día mas apreciamos como los sentimientos nos acompañan en cada paso que damos en la vida, ya sean buenos o malos.
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